
Las abejas mueren por millones desde hace algunos meses. Su desaparición podría estar anunciando el fin de la especie humana. Se trata de una epidemia increíble, de una violencia y de una amplitud asombrosa, que se esté extendiendo de colmena en colmena por todo el planeta. Nacida de un criadero de Florida durante el último otoño, se extendió primero a la mayoría de los estados de Norteamérica, luego a Canadá y Europa, llegando a contaminar Taiwán en abril pasado. Se repite el mismo escenario en todas partes: por millares, las abejas abandonan las colmenas, para nunca regresar a ellas. No hay cadáveres en lasproximidades, ni predadores a la vista, sólo nuevos ocupantes prontos a ocupar los hábitats abandonados









